«Sal»
Ediciones Lengua de Trapo
Madrid, 2008; 510 páginas
Reconocida entre las cinco mejores novelas publicadas en España en 2008 por la Fundación José Manuel Lara Hernández
Una presentación: la cuarta de cubierta
Urbano Expósito, guionista inédito, quisiera estar seguro de querer lo que quiere. Tino, en cambio, tiene claro que quiere lo que quiere. Selmo, en fin, quiere que lo quieran. Parecen vidas diferentes y, de hecho, cada una apunta un recorrido propio que Urbano, ahora aprendiz de novelista, pretende contar, aunque con un estilo ingenuo y torpe, plagado de recursos cinéfilos. Para entonces, sin embargo, habrá irrumpido en la historia la señora Gladstone, y la narración se encauza, se transforma, se convierte en algo nuevo, inesperado y, a la postre, misterioso; también terrible. Ya nada podrá ser igual a lo previsto, y ni siquiera el pasado será lo que era cuando el protagonista concluya el extraordinario camino emprendido al enamorarse de aquella mujer madura y hermosa.
Sal no deja de sorprender desde la primera línea y hasta el final, donde se encuentra la luz que lo ilumina todo. Bastará leer un par de páginas al azar para advertir una prosa rica y distinta, pero en esta novela hay muchas cosas más: personajes de carne y hueso, historias formidables, ironía y humor, emoción y sobresaltos, reflexión y metaliteratura, y, sobre todo, una mirada tierna y desconsolada sobre el ser humano en estos tiempos que algún filósofo calificó de líquidos.