«La Garrapata»
Ediciones Lengua de Trapo
Madrid, 1998; 268 páginas
Suma de Letras
Madrid, 2001; 397 páginas
Una presentación: la cuarta de cubierta
A mediados de los años 70, en una Oviedo de resonancias clarinianas, dos universitarios comparten un mismo nombre, Miguel García Jove. La garrapata narra la historia divertida y brutal de la impostura de uno de ellos, una farsa que comienza casi en juegos y que poco a poco va desplegando toda su lógica cruel de consecuencias desbocadas: las falsificaciones de currículos se suman a los celestineos y politiqueos maquiavélicos, en una carrera en la que todo vale si acerca a quien la emprende al ideal de la vida regalada.
La naturaleza ha sabido ajustar la ambición de la holgazana e intransitiva garrapata a su pequeño tamaño. La garrapata no busca banquetes descomunales, se conforma con el placer de libar un poco de la sangre de su víctima. Sólo un poco. Lo suficiente para mantenerse viva y a cuerpo de rey. Pero el propósito de desprenderla del músculo en el que se ha instalado puede transformarla en una bestia despiadada, capaz de provocar un dolor insoportable. ¿Metáfora sugestiva de una forma extendida y peligrosa de estar en el mundo?
De factura clásica y técnica moderna, rotunda en su humor cáustico y en la visión desencantada de nuestro pasado inmediato, ambientada con la fidelidad y el ingenio de un fotógrafo personalísimo y comprometido, La garrapata sorprende por la inteligencia y originalidad de su planteamiento, en una lúcida indagación, hasta ahora no escrita, acerca de las claves de esa intrahistoria de la transición democrática, que rubrica la calidad demostrada por su autor en anteriores novelas.